lunes, 15 de julio de 2013

Decimoquinta y última: Etxalar-Hondarribia, 45 kms. 13 de Julio de 2013

Hinchado de orgullo escribo mi última crónica de la transpirenaica.

Puedo presumir de haber sido capaz de realizar esta dura prueba de resistencia física y psicológica, doblegar  al dolor, al sufrimiento, al esfuerzo, y unirlo al placer de los sentidos en dosis adecuadas para lograr satisfacción plena.

Puedo presumir del hecho en sí, pero puedo presumir, sobre todo, del mejor compañero de viaje, Ricardo, con quien he compartido todo durante los 15 días que ha durado la travesía, con el que no he paseado en bici sino en tandem (él dice que no somos un "tandem" sino un "team"), un hombre fácil (en el buen sentido), que no me ha dado nada, nada de guerra...

Puedo presumir de los mejores compañeros de fatigas: Enrique, bombero de Figueras, de 54 años, que ha ganado la cena que apostó con un compañero por sobrepasar los seis días de ruta, y, no solo eso, sino que la ha terminado. ¡Enhorabuena, Enrique! ¡Qué buena persona eres, ...¡la madre que te parió!.

 Santiago y Alfredo (Alfred, como decía Santiago), que se han quedado con las ganas de conocer a nuestras "chocas" (llegaron a pensar que era la forma de llamar a la mujer en Madrid,... y, aclarado que fue un error del corrector ortográfico del Whatsapp, nos sirvió para echarnos unas risas), de los que ya he hablado en la etapa anterior, con quienes alcanzamos un alto grado de confianza e intimidad.



Algunos ciclistas con los que coincidimos una sola vez en algún sitio porque venían en sentido contrario al nuestro, haciendo la ruta de "pedals de foc", que siempre paraban a echar una parrafadita. Otros dos transpirenaicos de Barcelona, con quienes no hemos llegado a intimar porque solo hemos coincidido en las dos últimas etapas, que salían más tarde que nosotros y siempre nos alcanzaban y nos pasaban, y siempre estaban, casualmente, en el mismo bar o restaurante o incluso hostal que nosotros (he de decir que llevaban mucho menos equipaje que nosotros y mejores bicis, sino,... de qué nos van a pasar).
Puedo presumir de haber aprendido que "music pagat non sone bo", es decir, no pagues nunca por adelantado.

No puedo presumir de llevar los mejores materiales (todo se rompe aquí si no es bueno, la cadena, el portaequipajes, las cubiertas, las cámaras, el portabidones,...) pero sí de llevar las mejores ideas para no quedarnos colgados... McGiver es un aprendiz a nuestro lado.

Pero sobre todo, henchido de felicidad, puedo presumir de tener la mejor compañera de viaje, no de este viaje sino del gran viaje de la vida, que compartió conmigo los preparativos de este capricho mío (más bien soportó mi dedicación a este proyecto estoicamente), que se preocupaba cada día, y que, en definitiva, estaba más orgullosa que yo de lo que su marido estaba haciendo y que presumía de mí en todas partes (algunos me han confesado envidia). Implicada hasta el punto de venir a estar conmigo el viernes en Etxalar (también puedo presumir de mi hermana Eva, que también ha venido, pero dejaré que sea Ricardo quien le diga lo mucho que vale), levantarse temprano, 7:30 h. el sábado para verme salir, y estar esperando en la playa de Hondarribia para verme llegar y reirse conmigo cuando nos bañamos con casco, guantes, zapatos y ropa de ciclista. Puedo presumir de lo fácil que es ser feliz a su lado. Te quiero, Rosa.

Ah! la etapa de hoy,... un resumen de las 14 anteriores y,... ya sabeis, el ESTRIBILLO de aquella extraña canción (SUBE QUE SUBE QUE SUBE...) y lo que se puede deducir de las imágenes y vídeos...

Agur.

Kiko

















La moto estaba sumergida en "arenas movedizas" y conseguimos sacarla entre los cuatro...








Rosa



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